Aunque es un fenómeno climatológico que está presente constantemente, no muchos saben qué es el vórtice polar. Este ciclón que se concentra en las alturas del Polo Sur y Norte y afecta significativamente las temperaturas de sus propios hemisferios.

En Chile, por ejemplo, durante el año hemos registrado altas temperaturas y fuertes olas de calor. Entre otras razones de este fenómeno, como los anticiclones en la zona andina y el fenómeno de La Niña, está el vórtice polar del Sur.

Este mismo, al estar altamente concentrado, evitó fugas de frío hacia la periferia del continente antártico y sudamericano. Mientras en el Chile continental se alcanzó una temperatura anual sobre los 2° celcius del promedio, siendo uno de los años más cálidos en los últimos 40 años, la Isla Jorge Rey registró uno de los 5 años más cálidos en los últimos 30 años.

A su vez, el rompimiento del mismo ha provocado algunas de las olas de frío en el Hemisferio Norte más graves de las últimas décadas.

¿Qué es un vórtice polar?

El vórtice polar es una gran área de presión y aires fríos que se encuentra en ambos polos de la Tierra. Se encuentra entre las partes más altas de la troposfera y la estratosfera (las primeras 2 capas de atmósfera del planeta).

Es un ciclón (vientos intensos en forma de tormenta) que concentra las más frías temperaturas. Su comportamiento aumenta en invierno, provocando algunas fugas, y generando frentes de frío. Esto ha afectado principalmente a Europa y Norteamérica, como en los frentes de 1977, 1982, 1985, 1989 y 2014 y 2019. Durante este último fallecieron 21 personas a causa de las bajas temperaturas.

Por su contraparte, la intensidad del ciclón disminuye en el verano, reduciendo la cantidad de frío que entrega a los territorios cercanos. Esto provoca que el calor aumente más de los normal en ciertas temporadas, que es lo que sucedió en el territorio nacional durante este verano.

El vórtice antártico (Sur) es más persistente y consistente, debido a que su menor densidad de tierra en la parte baja del planeta le permite mayor estabilidad. Por su parte, el vórtice ártico se enfrenta a las ondas barotrópicas que intentan romper su «estructura».

Por esto se explica que el ciclón aumente mayoritariamente el frió en el Hemisferio Norte y el calor en el Hemisferio Sur.

Vórtice polar en Europa y Estados Unidos

Las altas temperaturas promedio que ha marcado el planeta entero durante el último año ha provocado uno de los inviernos más cálidos en el Hemisferio Norte. Sin embargo, la inestabilidad del vórtice ártico podría cambiar el panorama.

En esta imagen se puede ver cómo se comporta el ciclón cuando las corrientes logran desestabilizarlo. La corriente de frente de frío se expande por todos los territorios cercanos hasta que los vientos logran concentrarse sobre el Polo nuevamente.

Este es el panorama que se esperó en Europa y Norteamérica durante enero, ya que el «calentamiento súbito estratosférico» podría romper con la normalidad del vórtice. Un mal presagio para el viejo continente, donde viven una seria crisis energética por la guerra entre Rusia y Ucrania.

Ambos vórtices están permanentemente en ambos Polos, manteniéndose generalmente regulares. Sin embargo, el calentamiento global -que afecta aún más estos extremos- puede provocar un mayor desequilibrio en estos vórtices, generando cambios drásticos en los climas de los continentes, en especial frentes de frío.