Los incendios forestales consumen miles de hectáreas en diferentes localidades de nuestro país. Durante las últimas dos semanas hemos presenciado días con más de 15 siniestros activos al mismo tiempo, todos en distintas comunas y regiones.

Más de dos mil brigadistas están trabajando en distintas regiones de Chile para controlar los incendios forestales. Asimismo, más de 30 aeronaves se encuentran operando con el mismo propósito.

Según el último balance de la ONEMI, la situación se ve controlada por un momento. Actualmente hay tres incendios en combate, todos se encuentran en la Región Metropolitana. Fundo Carén, uno de estos siniestros, que cubre sectores de Curacaví y Lampa, ya ha consumido más de 7.500 hectáreas.

Los peligros de la vivienda en los incendios forestales

ONEMI nos menciona que 111 viviendas han sido destruídas por incendios forestales desde julio hasta la fecha. Todas se encuentran en las zonas que han sido más afectadas por los incendios forestales durante esta semana. En Coquimbo se registran 21 de estas viviendas dañadas, 23 en Valparaíso, 48 en la Metropolitana, 5 en O’Higgins y 14 en Maule.

A raíz de esto, la temporada 2022-2023 (julio-diciembre), registra 154 damnificados, 41 personas evacuadas, 13 lesionadas y 2 fallecidas por los incendios forestales.

Frente al avance de estos siniestro, existen ciertas condiciones habitacionales que pueden permitir que se expanda el incendio, ya que «hay población habitando y co-habitando de forma muy estrecha con plantaciones forestales y zonas geográficas de gran vegetación», menciona Katherine Campos, Investigadora CIGIDEN con experiencia en gestión de riesgo de desastres.

«A eso se suma las condiciones de habitabilidad en las que viven las personas, con esto me refiero a la materialidad de las viviendas, el acceso regular a servicios básicos, la localización, entre otros. En este sentido las autoconstrucciones que no cumplen estándares técnicos de construcción, el uso de material ligero, conexiones “hechizas” a servicios básicos, así como el hacinamiento que puede haber en algunas viviendas, crean otra gama de amenazas de menor escala que pueden potenciar la activación de una amenaza de mayor envergadura como lo es un incendio forestal».

En este sentido, la experta aclara que no hay una relación de causalidad entre las construcciones y los incendios forestales. Sino «los datos apuntan a mostrar que hay una mayor exposición en estos asentamientos». Por ejemplo, de los 225 campamentos en la V Región, 224 están expuestos al menos a una amenaza, gran parte de ellos a incendios forestales».

Planificación y prevención

Lo más importante para poder prevenir eventuales daños o consecuencias de los incendios forestales es con prevención. En este sentido, la posible expansión de los siniestros y la misma exposición de las personas y sus hogares por las condiciones de habitabilidad puede ser evitada.

La investigadora afirma que «si hablamos desde la dimensión micro-social del hogar, la prevención tiene que ver con despejar la vivienda de material potencialmente inflamable (tarros de pintura, cilindros de gas sin uso, entre otros), así como no tener escombros o basura acumulada en la vivienda, y evitar la acumulación de basura en quebradas»

Sin embargo, las condiciones de habitacionalidad y su exposición al peligro son una cuestión social, por lo son necesarias también las acciones desde las autoridades.

En este sentido, la experta señala que para «mejorar el estándar de habitabilidad de las personas que habitan en estas zonas de interfaz es necesario poner atención a mejoras constructivas, al hacinamiento, y otros problemas sociales que derivan en que las personas habiten en condiciones inseguras e inadecuados».